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Sesgo de supervivencia: La ilusión del éxito

Muñequito visitando el cementerio.

A todos nos encanta escuchar los consejos e historias de los grandes emprendedores, deportistas, artistas, etc. Sin embargo, consumir únicamente sus historias y consejos puede distorsionar nuestra realidad, originando en nosotros el sesgo de supervivencia.

No te preocupes, no es una enfermedad, pero sí tienes que estar pendiente porque puede hacer que creas cosas falsas relacionadas al éxito. Como por ejemplo, hacerte creer que tendrás éxito por seguir los consejos de los grandes.

Creo firmemente que éste es un artículo necesario, ya que vivimos en un mundo donde el éxito está pareciendo más fácil de lo que es. A su vez, muchos de los mensajes que recibimos son: 

“A la mierda el sistema, deja tu trabajo o universidad, emprende, sigue tu pasión, lee libros y serás millonario y exitoso como los grandes.” 

Eh… no, cállate y deja de aparecer en mi feed de Facebook, propaganda de mierda.

Así que, exploremos el concepto del sesgo de supervivencia, sus implicaciones y como saber de él puede salvar tu vida.

Sesgo de supervivencia

El sesgo de supervivencia es uno de los sesgos cognitivos más conocidos y más sutiles que existen:

Consiste en nuestra tendencia a enfocarnos únicamente en los sobrevivientes (ganadores) de una disciplina o área de trabajo, sin dar alguna importancia a los perdedores.

Sobrevivientes pueden ser los ganadores de cualquier competencia o concurso, personas o negocios que hayan acumulado mucho éxito a lo largo de los años, un verdadero sobreviviente o hasta edificaciones que perduraron en el tiempo.

Los perdedores son… bueno, todo lo que los ganadores no son: fracasados, frustrados, muertos, etc.

Tal vez, estás diciendo: “No suena tan mal. Tiene sentido enfocarse en los ganadores. Ellos son los que escriben los libros y nos dan consejos de cómo ser exitosos. Si uno es perdedor es porque lo mereció y listo; caso cerrado”.

No tan rápido, mi pana. De hecho, pensar de esa manera y únicamente valorar el consejo de los exitosos puede sabotear tu carrera profesional más que ayudarte.

¿Por qué? Si deseamos entender por qué, debemos regresar al momento en que los Nazis se querían apoderar del mundo.

Cómo el sesgo de supervivencia salvó vidas

En la época de la Segunda Guerra Mundial, un grupo de estadistas, denominados Statistical Research Group, fueron llamados por la fuerza armada americana para ayudar a reducir las bajas de los aviones que iban a luchar al campo de batalla.

El plan era colocar armadura en los aviones para reducir las probabilidades de que sean derribados. Debido a problemas de peso, no podían cubrir todo el avión con armadura; debían colocarla estratégicamente.

Entonces, la pregunta que se hicieron era: “¿Dónde rayos colocamos la armadura?”

Para responder esa pregunta la fuerza armada comenzó a analizar todos los aviones que regresaban de la guerra y, más importante aún, anotar el lugar en donde ellos recibían más daño por balas. 

Después de un riguroso análisis notaron un patrón. Todos los aviones que regresaban recibían balazos en las alas, el cuerpo y cola del avión.

Sesgo de supervivencia.
Los puntos rojos representan los impactos de balas.
Archivo de Wikimedia Commons por: McGeddon / CC BY-SA

Gracias al análisis y clara evidencia, la fuerza armada decidió colocar armadura en las alas, cuerpo y cola de los aviones. 

Sin embargo, un miembro del grupo de estadistas llamado Abraham Wald, notó un error en la lógica de los militares y sugirió totalmente lo contrario:

Colocar armadura en las partes de los aviones que no habían recibido ningún daño al regresar. 

El hizo notar que únicamente se estaban analizando los aviones que habían recibido daño y regresaron del campo de batalla (sobrevivientes), obviando a los aviones que habían sido impactados, pero que nunca retornaron (las bajas). 

La lógica era la siguiente: las alas, cola y cuerpo del avión eran los lugares donde menos se necesitaba armadura, ya que siendo aún estas zonas impactadas, no le ocurría nada grave al avión.

En cambio, las partes que no recibían ningún daño en los aviones que regresaban eran las partes más impactadas de los aviones que no volvían, como el motor, ocasionando así su baja.

Enfocándose en los aviones que no regresaron, Wald ayudó a salvar vidas y dió a luz al concepto del sesgo de supervivencia.

Lo que no vemos es igual de importante

Como podemos ver, el sesgo de supervivencia es increíblemente sutil, pero puede afectar en gran escala los resultados de nuestras decisiones.

La historia anterior nos demuestra que muchas veces establecemos conclusiones erróneas malinterpretando la información disponible en el momento, omitiendo información que tiene un impacto importante en el resultado.

Lo mismo ocurre en nuestro contexto; malinterpretamos y omitimos información importante que puede resultar muy útil en nuestra carrera profesional.

Vemos únicamente a los aviones que regresaron del mundo de los negocios, deportes o música (ganadores), pero nunca a los que no tuvieron éxito (fracasados). 

Luego nosotros, al querer regresar de la guerra como los ganadores, sólo tomamos en cuenta sus aviones y tomamos decisiones en base a ello.

Ahora bien, antes de presentar algunos consejos para pensar como un estadista en nuestra vida, debemos analizar cómo se origina el sesgo de supervivencia en nuestro contexto.

El sesgo de supervivencia en nuestro día a día

Todos queremos ser exitosos y ser de los aviones que regresan de la guerra. De hecho, estamos tan obsesionados con ser exitosos que nos drogamos de puras historias de éxito y consejos de nuestros ídolos.

Leemos sus autobiografías para aprender de ellos, también artículos en la internet como “La rutina de mañana de Jeff Bezos”, “3 hábitos de la gente millonaria” o “El secreto que llevó Warren Buffet al éxito” y practicamos religiosamente lo que ellos nos recomiendan para imitarlos.

Esto se debe en parte a que son las únicas historias compartidas en nuestros feeds o en los noticieros. El éxito es lo único que se hace visible en nuestra sociedad a diferencia del fracaso.

Al sólo estar expuestos a este tipo de información nuestra conclusión es la siguiente: Si queremos llegar al éxito sólo debo seguir lo que los exitosos dicen y mi éxito estará asegurado.

Debido a conclusiones basadas únicamente en esta información y a la sobreexposición de historias de triunfo y consejos, sobreestimamos nuestras chances del éxito. 

Sin embargo, ahora que conoces el sesgo de supervivencia sabes que nos estamos olvidando de algo muy importante…

Los aviones que nunca regresaron 

Sí, nos olvidamos de los perdedores o, mejor dicho, no nos importan. No escuchamos de los que siguieron los consejos al pie de la letra o hicieron todo fenomenal, pero fracasaron.

No oímos ni queremos saber de actores que se mudaron a Hollywood para perseguir sus sueños, pero no lo lograron. De personas que emprendieron su proyecto y siguieron toda estrategia victoriosa, más no les resultó.

Tampoco de aquellas personas que siguieron su “pasión” e infelizmente nada les funcionó.  Por cada gran ganador existen varios perdedores por detrás, que tal vez tuvieron una mejor rutina de mañana, hábitos de millonario, mejores sistemas, pero nada.

Nunca prestamos atención a los fracasos y a los sueños no cumplidos.

Muñequito visitando el cementerio (sesgo de supervivencia).
Dibujo por Pamela Rivero

Al omitir este tipo de información estamos omitiendo no sólo la realidad, sino olvidándonos que no porque sólo sigamos el consejo de nuestro ídolo o nuestra “pasión” seremos exitosos. Es mucho más complicado de lo que pensamos.

Lo peor del caso es que existen muchas más probabilidades de que seamos de los aviones que no regresan de la guerra. Esto se puede ver, por ejemplo, en la proporción de los negocios que quiebran los primeros años de vida. 

Aunque las historias de éxito nos motivan a salir de nuestra zona de confort, si no sabemos verlas por lo que son, historias personales y no verdades empíricas, podremos creer que nuestro éxito esta asegurado.

¿Cómo ser un estadista y evitar el sesgo de supervivencia?

Como vimos anteriormente, en nuestro día a día pensamos mucho como los militares y muy poco como los estadistas en la Segunda Guerra Mundial. 

A pesar de ello, esto no significa que no podamos pensar de vez en cuando como mi pana del alma, Abraham Wald, para analizar la información críticamente.

Aunque el estar consciente de que existen muchos fracasos olvidados nos ayuda a mantener los pies sobre la tierra, presentaré dos aspectos para tener en cuenta que nos pueden ayudar a defendernos del sesgo de supervivencia.

Malinterpretación de la información

Como vimos anteriormente, enfocarnos excesivamente en los ganadores no implica solamente admirarlos. Implica también seguir sus consejos y estrategias que los ayudaron a llegar donde ellos están.

Sin embargo, ¿quién nos garantiza que la estrategia que ellos usaron fue el único causante para formar grandes empresas, volverse millonarios, músicos famosos o volverse los mejores deportistas?

Más importante aún, ¿quién nos garantiza que, si seguimos la rutina de mañana de Bill Gates, o dejamos la universidad para emprender el proyecto como Mark Zuckerberg o publicamos todos los días en las redes sociales como Gary Vaynerchuck, seremos tan exitosos como ellos?

Pensemos un momento, ya que ésto es sumamente importante. 

Asociación no implica causalidad

Un aspecto que contribuye a que el sesgo de supervivencia distorsione nuestra realidad es el hecho de atribuir que dos eventos o asuntos independientes estén conectados causalmente.

Nuestro cerebro es una máquina en búsqueda de conexiones en todo momento. Es, en mi opinión, nuestra mejor manera de entender el mundo. 

Sin embargo, este deseo de buscar conexiones, específicamente causalidades, puede averiarse un poco. Podemos atribuir que un evento que ocurrió causó otro, cuando en realidad son eventos totalmente independientes.

Por ejemplo, uno escucha que los CEOs de grandes compañías leen 50 libros al año y que esta fue su clave para el éxito. Establecemos una relación de causalidad entre leer libros y el éxito empresarial. La pregunta es, ¿hay que leer 50 libros al año para ser un CEO? no lo creo. 

Tal vez, los sobrevivientes lograron triunfar, no por despertarse a las 05:00 a.m. todos los días o por leer 4 libros al mes, escribir todos los días o por enfocarse en el Inbound Marketing; sino porque triunfaron a pesar de seguir estos sistemas o consejos recomendados. 

No porque haya una característica relacionada con el éxito de una persona, significa que esa característica causó el éxito. Debemos tener mucho cuidado de adaptar las rutinas o consejos a nuestra realidad. 

Si no tenemos cuidado al analizar a los grandes, podríamos decir que casi cualquier comportamiento los llevó al éxito.

Por ejemplo: Warren Buffet toma cinco latas de Coca-Cola al día, por ende, yo también las tomaré para ser exitoso como él. También, como Steve Jobs trató mal a sus empleados, yo también lo haré para que mi compañía sea exitosa. 

En otras palabras, asociación no implica causalidad.

Ciertamente, sería irresponsable negar completamente la asociación existente entre la estrategia de un ganador con su éxito. No obstante, hay que ir más a fondo y no atribuir causalidad a la primera.

Omisión de la información

Soy un gran creyente que el éxito reside mucho en el carácter de la persona, su determinación, constancia y habilidad de tomar riesgos. De hecho, estoy seguro de que todos pensamos lo mismo.

No obstante, muchas veces gracias al sesgo de supervivencia nos olvidamos de analizar el contexto en el cual la persona se movía o mueve y que el azar forma gran parte de nuestra vida. 

Aunque no quisiéramos creerlo, pues todos deseamos decir que lo logramos por nosotros mismos, estos dos factores juegan un rol sumamente importante en el éxito.

En el libro Outliers, Malcom Gladwell hace hincapié exactamente en ésto. Muchas veces atribuimos el éxito únicamente a las acciones de la persona. Aunque las acciones son factores sumamente importantes, su contexto y el azar influyen muchísimo.

En Outliers se analizan casos como que, si naces los primeros tres meses del año puede que tengas más probabilidades de ser elegido para ligas profesionales de fútbol y hockey. 

También, cómo la oportunidad de nacer en un lugar privilegiado y estar en el lugar correcto en el tiempo indicado, son un factor importantísimo, etc. 

De hecho, si estás leyendo este artículo en un teléfono o una computadora has recibido una gran mano para jugar en la vida que muchos desearían. 

Tu contexto y situación te puede dar un empujoncito que podría traducirse en la diferencia de triunfar en tu área o no. Por supuesto, uno la debe aprovechar y accionar, sino no vale de nada.

No obstante, debemos considerar que muchas cosas fuera de nuestro control, facilitan o impiden realizar nuestros proyectos.

No todo es tan fácil como empezar y seguir tu pasión. Aunque si empiezas aumentas las probabilidades a tu favor.

¿Ahora qué?

Los dos aspectos mencionados anteriormente nos pueden ayudar mucho a combatir el sesgo de supervivencia. Más específicamente, analizar mejor la información y no simplificar estas historias que un X causó Y.

Ciertamente, este concepto del sesgo de supervivencia puede parecer muy desalentador.  Cuando lo leí por primera vez casi lloro, al darme cuenta que las probabilidades de éxito de nuestros proyectos podrían ser pocas.

A pesar de ello, debo hacer hincapié en algunas aclaraciones y reflexiones con respecto a lo escrito, para no deprimirse pensando que los artículos o libros que uno lee no valen la pena.

¿Cómo aprender de los perdedores?

Vivimos en una constante contradicción gracias al sesgo de supervivencia. Decimos que uno aprende mejor de los fracasos, pero hacemos totalmente lo contrario. Aprendemos únicamente del éxito de los demás y no buscamos aprender de los fracasos.

Debo admitir, esto es una tarea demasiado difícil, ya que nunca escuchamos de los perdedores y sus historias no se hacen disponibles. 

Así que, ¿cómo podemos aprender de los fracasos?

Un tip que encontré en internet era enfocarte en aquellos proyectos, artistas, deportistas, etc. que recién estén comenzando su camino y observarlos. Observar y analizar lo que te parece que están haciendo bien o mal y qué cosas podrías adaptar y que no.

Por ejemplo, si quieres ser escritor debes tener amigos o conocidos que también lo quieren ser, observa qué aspectos están deteriorando su carrera profesional y cómo te puedes defender de esos errores, así como hizo Wald con los aviones.

La otra opción es buscar en Google personas que fracasaron y lo que puedes aprender de ellas. Por supuesto, nada más te aparecerán famosos que fracasaron en algún momento de su vida.

A estas historias también se le pueden encontrar muchísima utilidad. Sólo hay que saber buscarlas, ya que más se escucha de sus éxito que de sus fracasos.

Así que sí, es complicado debido a la falta de información relacionada a los fracasos. Por lo menos hay que estar pendiente de no sobre valorar los consejos de los demás, cada camino es totalmente diferente.

¿Porqué escuchar a los ganadores?

A lo largo del artículo probablemente he dado la impresión de que no vale la pena escuchar a los ganadores o sobrevivientes de una disciplina, debido a que están llenos del sesgo de supervivencia.

Esto es totalmente falso. De hecho, me drogo y me seguiré drogando con estos libros o artículos, al menos con cautela.

Estos consejos puede que no nos aseguren el éxito que es lo que todos añoramos, pero sí nos pueden proporcionar motivación y cierta utilidad.

Además, aunque estos consejos estén sesgados, pueden ayudarte a experimentar cosas nuevas que te lleven a mejorar tu estatus actual.

Aplicar estos consejos puede ser un buen camino para comenzar. Nos pueden dar una que otra pieza del rompecabezas, pero el 99% restante es labor nuestra.

De nuevo, recordemos que lo que leemos no es una verdad absoluta y que el camino de cada uno es totalmente diferente; lo que le sirve a un escritor de maravilla puede que a otro no. 

No podemos usar el guion de otra persona por más famosa que sea para autorealizarnos, debemos escribir el nuestro. 

No nos debemos sentir obligados a hacer algo que nuestro ídolo hace.  Tenemos que analizar nuestro contexto y lo que funciona más para nosotros.  Así que, deja de levantarte a las 05:00 a.m. si no te gusta, o de publicar diariamente, si no es lo tuyo.

Eso sí, asegurémonos de estar en movimiento, adaptándonos a nuestras circunstancias.

El sesgo de supervivencia no nos excusa de actuar

Sí, el maldito sesgo de supervivencia nos ha hecho darnos cuenta que nos enfocamos en una parte muy pequeña de la población la cual tomamos como la mayoría y la verdad absoluta, olvidándonos de miles de personas como nosotros, que lo han intentado y no lograron obtener el resultado deseado. 

Aunque puede parecer muy desalentador todo esto, no debe ser ninguna excusa para no hacer lo que uno le interesa o quiera en esta vida.

Hay 100% de probabilidades de que fallemos si no hacemos nada. Sin embargo, con cada acción e intento, vamos reduciendo estas posibilidades.

Exponernos a nuevas oportunidades, intentar cosas nuevas y enfocarnos en lo que podemos controlar, puede mover la balanza a nuestro favor. 

La verdad es que aún así puede que no lo logremos y seamos de los aviones que no regresan. La vida es así, sinceramente creo que no porque hagamos todo bien, todo saldrá de maravilla. 

Sin embargo, es preferible salir al campo de batalla en nuestros aviones, tener la oportunidad de volar un poco y experimentar la vida, en vez de dejar nuestro avión estacionado agarrando polvo.

En resumen,

  • Sesgo de supervivencia: Consiste en nuestra tendencia a enfocarnos únicamente en los sobrevivientes (ganadores) de una disciplina o área de trabajo, sin dar alguna importancia a los perdedores.
  • Debido a que el éxito y los consejos de los ganadores son lo único que se hace visible en nuestra sociedad a diferencia del fracaso, sobreestimamos nuestras chances del éxito.
  • Sin embargo, nos olvidamos de los fracasos; de todos aquellos que siguieron estos mismos consejos, lo intentaron, pero no lo lograron.
  • ¿Cómo pensar cómo un estadista y evitar el sesgo de supervivencia?
    1. Asociación no implica causalidad: Saber que no porque haya una característica o sistema relacionado con el éxito de una persona, significa que esa característica causó el éxito.
    2. Factores externos: Tener en cuenta que tanto el contexto, como el azar juegan un rol importante en la vida y son aspectos olvidados al hablar del éxito.
  • ¿Cómo aprender de los perdedores?
    • Observar aquellos que estén comenzando su camino, qué factores están deteriorando su trayectoria y aprender de ellos.
  • ¿Por qué escuchar a los ganadores?
    • Ellos nos pueden motivar, hacernos experimentar cosas nuevas y proporcionar algunas partes del rompecabezas.
  • El sesgo de supervivencia no nos excusa de actuar; es mejor fracasar que nunca intentarlo.

Fuentes

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Dobelli, R. (2013). The Art of Thinking Clearly. London: Sceptre

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